Las Anzac biscuits son típicas de Australia y Nueva Zelanda, dos teorías dan su origen. Mi favorita es la que asegura que estas galletas fueron horneadas por las esposas de los soldados del Australian and New Zeland Army Corp (de ahí su nombre) que participaron en la Primera Guerra Mundial, les eran enviadas porque gracias a sus ingredientes se conservaban por mucho tiempo y resistían a las condiciones de transporte.
Cada 25 de Abril se conmemora ANZAC Day y como tradición se hornean en muchos hogares Australianos y Neozelandeces para dedicárselas al sacrificio de los soldados en la guerra.
Ingredientes:
2 Tazas (180gr) de Avena en hojuelas
2 Tazas (180gr) de Coco rallado
100 gr. Azúcar (morena preferiblemente)
100 gr. Mantequilla
1 Cda. Miel (la receta original lleva Golden syrup, yo use miel y quedaron perfectas)
1 Cdita. Bicarbonato
2 Cdas. Agua hirviendo
Preparación:
Precalentar el horno a 160C.
Colocar en un recipiente todos los ingredientes secos (avena, coco rallado y azúcar) mezclar muy bien y reservar.
Derretir la mantequilla y agregar la miel, revolver hasta que se integren.
Calentamos las dos cucharadas de agua hasta el punto de que hierva el agua y entonces le añadiremos la cucharadita de bicarbonato. Lo mezclamos y se lo añadimos a la mezcla anterior de la mantequilla con la miel.
Con una espátula incorporamos los ingredientes secos a los sólidos, mezclamos bien hasta obtener una masa densa. Si vemos que se desmiga demasiado, terminar de mezclar con las manos.
Formamos bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente y las vamos colocando, separadas unas de otras, sobre una bandeja forrada con papel de hornear. Con la ayuda de un vaso o la mano, aplastamos las bolitas hasta formar así las galletas (es muy importante que previamente hayas colocado las bolitas separadas unas de otras, porque además crecen durante el horneado).
Horneamos durante 10 minutos aproximadamente, o hasta que estén doradas.
Sacamos del horno y dejamos reposar sobre la misma bandeja durante 5 minutos. Con mucho cuidado y con ayuda de una espátula colocamos las galletas sobre la rejilla y dejamos que se enfríen completamente antes de comerlas.
Las galletas tiene una capa crujiente, son profundamente aromáticas y que además al no llevar huevo entre sus ingredientes hacen que las personas con esta intolerancia puedan disfrutar también de ellas.
Mi «team control de calidad» les asegura que estas galletas les sera difícil comerte solo una…
Espero que las hagan y las disfruten. ❤